sábado, 29 de marzo de 2014

Turín, la ciudad de los Saboya (V): la Mole



La Mole desde Monte dei Capuccini

Hoy vamos a conocer el mayor símbolo de la ciudad de Turín, un edificio muy bello, alto, con mucha historia y que está presente en las monedas de 2 céntimos italianas: la Mole.

Todo comienza en 1848, con la promulgación del Estatuto Albertino por Carlos Alberto, mediante el cual se concedió la libertad de culto a las religiones no católicas. A raíz de ello, la comunidad judía de Turín compró una parcela en la hoy vía Montebello, para erigir un nuevo templo y una escuela. El concepto original era un edificio de 47 metros de altura.

Con la elección del arquitecto Alessandro Antonelli, comienza una mala relación entre las partes, ya que Antonelli propone una serie de cambios que incluyen la elevación del edificio hasta los 113 metros. Estos cambios, que alargan los tiempos de construcción y un aumento de los costes, hacen que la comunidad judía paralice el proyecto por falta de fondos en 1869, seis años más tarde del inicio de las obras, cerrando el edificio con un techo temporal. Desde sus inicios, la Mole presenta problemas estructurales por su estrecha base y el gran peso de la cúpula, además de un terreno inestable, al levantarse sobre los restos de las antiguas murallas, por lo que es necesario diseñar un sistema de refuerzo de la obra. En 1873 la comunidad judía intercambia el edificio por unos nuevos terrenos para la construcción de un nuevo templo con la ciudad de Turín, que se hizo cargo de los costes de finalización de la Mole, que sería dedicada al rey de Italia Víctor Manuel II.

La Mole desde un edificio en via Po
Ese año Antonelli reanuda su trabajo, de nuevo con una serie de cambios durante la construcción, aumentando la altura de os 146 metros a los 163,35 (la estatua del genio alado, la hizo aumentar más tarde hasta los 167,5 metros), lo que la convertía en el edificio de ladrillo más alto del mundo, de ahí el nombre de Mole, perdiendo esta categoría muchos años después, en 1953 de manos del City Hall de Filadelfia, tan sólo medio metro más alta.

Mole desde via Montebello
El terremoto de Turín del 23 de febrero de 1887, aunque de poca importancia, reveló más problemas estructurales en el edificio, lo que hizo necesarias continuas modificaciones en su fase final de construcción. Antonelli trabajó con dedicación en la Mole hasta su muerte en 1888 a la edad de 90 años. Continuaron los trabajos de manos de su hijo, Constancio Antonelli, y de su discípulo Creswell Caselli, hasta el 10 de abril de 1889, día de la inauguración de la Mole y en la que se coloca en lo alto de la aguja una estatua de un genio alado dorado  de 4 metros con una estrella en la cabeza (¿os suena de otros monumentos de Turín que ya hemos visto?), que Turín identifica con un ángel. Una vez abierto, la Mole se convierte en sede del Museo del Resurgimiento.

El 11 de agosto de 1904, durante una fuerte tormenta, el genio alado fue derribado, quedando la estatua colgada en la terraza inferior a pesar de los tres toneladas (actualmente se conserva en el interior de la Mole). En su lugar, un año más tarde, se coloca una estrella de cinco puntas, similar a la de la cabeza del genio, de cuatro metros de diámetro, hecha por el ingeniero Ernesto Ghiotti.

La Mole desde abajo
Posteriormente, a partir de 1931, se hace necesario diseñar un potente refuerzo en hormigón armado para el edifico, diseñado por los ingenieros Pozzo, Gilberti y Albenga, que cubre gran parte de la pared original de ladrillo y de las decoraciones. Tras el traslado del Museo del Risorgimento al Palazzo Carignano en 1938 (que veremos próximamente), la Mole fue utilizada tan sólo como lugar de exposiciones temporales.

Durante la Segunda Guerra mundial, la Mole escapó milagrosamente de la devastación de los bombardeos, sobretodo el del 6 de diciembre de 1942, que afectó a muchos objetivos militares en una calle cercana y al Teatro Verdi. Más de diez años más tarde, en 1953, durante otra gran tormenta, se rompe la aguja y caen los 47 metros superiores en el pequeño jardín de la sede de la RAI (la televisión pública italiana). De 1955 a 1960 se reconstruye, pero a su esqueleto de mampostería se le añade una armadura de metal forrada de piedra, dando una sensación de claustrofobia, y la estrella se cambia por otra más resistente de cuatro metros de diámetro y doce puntas en tres dimensiones bañada en oro. En 1964 se le añade un ascensor para que los turistas disfruten de vistas panorámicas. En el año 2000 se convierte en sede permanente del Museo Nacional del Cine.

Vista oeste desde la Mole (se ve el Palazzo Reale y sus jardines y el Palazzo Madama)
Vista sureste desde la Mole (se ve la plaza Vittorio Veneto, la Gran Madre y el Monte dei Capuccini)
Y ya que estamos con edificios altos y particulares de Turín, vamos a conocer brevemente la torre Littoria. Ubicada junto a piazza Castello, es el edificio residencial más alto de la ciudad y una de las construcciones más notables del racionalismo de Italia, terminándose su construcción en 1933. Su contraste dentro de una plaza tan barroca como es la de Castello, y todo el centro de Turín en general, ha motivado que los turinenses le hayan apodado el dedo del Líder (“il dito del Duce”, en referencia a Mussolini), la monstruosidad (“il pugno nell'occhio”), el teléfono (“il telefonino”) o incluso la torre arrogante.

Torre Littoria desde piazza Castello
Torre Littoria desde la Mole Antonelliana

























Espero que os haya gustado, y os espero para la próxima actualización sobre Torino una vez que pase la Semana Santa.



Fuente: it.wikipedia.org

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