jueves, 13 de junio de 2013

Paseos Nazaríes (y X): del Corral del Carbón al Albaicín


Fachada del Corral del Carbón

Regresamos hoy para terminar la serie de entradas sobre Granada, y lo hacemos con uno de los recorridos más sugerentes de entre los que nos obsequia la capital nazarí: partiremos desde el Corral del Carbón, para seguir desde la cercana plaza Nueva  por la Carrera del Darro y Paseo de los Tristes, por donde subiremos a las callejuelas del Albaicín.

El Corral del Carbón, situado cerca del ayuntamiento, en una bocacalle de la calle Reyes Católicos,  es la única alhóndiga conservada de las tres que existían en la Granada nazarí. Fue construido durante el reinado nazarí, con anterioridad a 1336, y su nombre original era Al-Funduq al-Gidida, o Alhóndiga Nueva. Se situada al sur de la ciudad musulmana, junto al mercado de la seda o Alcaicería, al zoco de la Medina y a la Mezquita Mayor, y servía de posada para los comerciantes en tránsito, de almacén y de mercado al por mayor. En 1494 los Reyes Católicos lo concedieron a Sancho de Arana. A su muerte salió a subasta, usándose de hospedaje de carboneros, más tarde como corral de comedias y, luego, como casa de vecinos. Fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1918, pero estuvo amenazado de derribo hasta que fue adquirido por el Estado en 1933.
Patio del Corral del Carbón

Su nombre se debe a un pequeño puente que se llamó al-Qantara al-Yadída (del árabe puente nuevo) hasta 1501, y más tarde puente del Carbón, situado sobre el río Darro, comunicando la Alhóndiga con el zoco. La fachada está constituida por un arco de herradura apuntado con decoración de atauriques. En el zaguán encontramos una puerta adintelada sobre la que se abren dos ventanas geminadas. El patio cuadrado contrasta por su sencillez, presentando una fuente en el centro y se rodea por tres pisos de galerías.

Como ya os decía antes, desde el Corral del Carbón iremos a la plaza Nueva (podéis encontrar más información de este lugar en la segunda entrada de esta serie “Paseos Nazaríes”), para tomar desde allí la Carrera del Darro, que sale desde el lateral de la iglesia de San Gil y Santa Ana. El margen derecho de esta preciosa calle está ocupado por el cauce del río Darro, y tras él se eleva la verde ladera coronada por la Alhambra, que nos acompañará majestuosa durante todo el camino.

Conforme avanzamos por la calle, nos encontraremos dos puentes de cantarería, el de Espinosa y el de Cabrera, que nos llevarán a la calle Santa Ana. Unos metros adelante, encontramos los restos de un antiguo arco de herradura que cruzaba el río y que constituía una antigua muralla. Enseguida, a la izquierda, nos llama la atención el convento de Santa Catalina de Zafra, que fue fundado por la viuda de Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos que participó activamente en la reconquista de la ciudad a los musulmanes y en sus Capitulaciones, en 1520. Destaca la portada renacentista de la iglesia, donde se alza una escultura de la Santa, acompañada por los escudos familiares. El convento de monjas dominicas conserva en su interior una casa morisca del siglo XIV. De esta casa árabe destaca su patio decorado con elementos nazaríes y una alberca en el centro.

Convento de Santa Catalina de Zafra
Casa de Castril

























A espaldas del convento, y tras dejar atrás la calle Zafra, nos encontramos con la fabulosa fachada de la Casa de Castril, en la que actualmente se encuentra el Museo Arqueológico de Granada. Se trata uno de las mejores ejemplos de palacios renacentistas de Granada, y perteneció a la familia del susodicho Hernando de Zafra. En lo alto de la fachada, de estilo plateresco y construida en arenisca, está grabada la fecha de su construcción: 1539. Presenta un balcón central con medallones en relieve y un friso con la figura de un ángel acompañado de grifos. La escalera de acceso a la segunda planta está cubierta con un sensacional artesonado mudéjar. Esta obra ha sido atribuida a Sebastián de Alcántara, uno de los más destacados discípulos de Diego de Siloé.
Iglesia de San Pedro y San Pablo

Además, sobre el edificio recae una vieja leyenda, de cuando era habitado en época árabe, la cual se refiere a una misteriosa dama de blanco que se aparece de vez en cuando, fruto de un desencuentro entre el padre de una bella muchacha que habitaba el edificio y su supuesto amante, que desencadenaron la furia del padre y posteriormente su ahorcamiento y emparedamiento en el balcón lateral del edificio. Sobre este Balcón ciego se puede leer una consigna que dice: "Esperando la del cielo", lo que podría referirse a "esperando la justicia del cielo", que probablemente tuviese relación con las palabras que el supuesto amante pronunció antes de ser ahorcado.

Justo frente a  esta casa, se encuentra en una zona en la que el río da algo más de anchura a la calle, la iglesia de San Pedro y San Pablo, presidiendo toda la ribera del Darro. Esta iglesia de estilo mudéjar fue edificada entre 1559 y 1567, sobre un solar que antes había sido ocupado por la mezquita de los Baños. Proyectada por Juan de Maeda sobre una planta de cruz latina, en su interior destacan las armaduras de sus cubiertas y la decoración a base de mocárabes de la bóveda. Sobre la portada, que corresponde a Pedro de Orea, se abren dos hornacinas y entre dos pares de columnas corintias aparecen las imágenes de san Pedro y san Pablo, los santos titulares.

Paseo de los Tristes
Continuando por la Carrera del Darro pasamos junto al convento de San Bernardo, famoso por sus dulces. Y por fin llegamos al Paseo del Padre Manjón, popularmente conocido como el Paseo de los Tristes, el sitio perfecto para sentarnos y descansar para subir al Albaicín, mientras seguimos contemplando la belleza de las vistas de la Alhambra.

Calle San Juan de los Reyes con cuesta del Chapiz
Al final del Paseo de los Tristes, a la derecha, nace la cuesta del Chapiz, que a medio camino del Albaicín y el Sacromonte, nos llevará hasta la iglesia del Salvador, entre casas bajas y blancas y acacias. En cuanto a la iglesia del Salvador, es de estilo mudéjar y fue edificada en el siglo XVI. Esta iglesia de estilo mudéjar fue edificada en el siglo XVI. El edificio se levantó sobre la antigua Mezquita Mayor del Albaicín, de la que todavía se conserva su patio, además del aljibe y la galería occidental con arcos de herradura apuntados. También son testigo de su pasado los arranques de las columnas del resto de las galerías y los alfarjes que las cubren.

Torre de la Iglesia del Salvador












En 1537 una bula del papa Clemente VII constituyó esta iglesia en Colegiata. Con el paso de los años es edificio ha sufrido importantes deterioros, especialmente en la rebelión de los moriscos y durante la Guerra Civil.

Desde aquí, nos adentramos plenamente en el Albaicín, un antiguo arrabal nazarí y que ocupa lo que anteriormente fue la villa romana de Iliberis. De este barrio declarado patrimonio de la humanidad destacan sus callejas sinuosas en medio de la ladera y sus casas o cármenes encalados y jalonados de cipreses y buganvillas. Así, por estas calles con encanto, llegamos al mirador de San Nicolás, presidido por la iglesia homónima, uno de los puntos más famosos del barrio gracias a sus magníficas vistas panorámicas de la Alhambra y el Generalife.

Cuesta de las Tomasas (al fondo torre de la Vela de la Alhambra)
Ya desde San Nicolás, vamos a la plaza Larga y bajamos de nuevo hacia el centro de Granada por la cuesta María de la Miel en dirección a la Catedral. Conforme descendemos, se van haciendo cada vez más frecuentes las teterías y diversas tiendas de recuerdo y artesanía.

Y con esto, termino esta serie dedicada a Granada, aunque ya voy pensando en volver para ver algunos de los sitios que me faltan, como los Palacios Nazaríes de la Alhambra, el Sacromonte y la Cartuja, así como disfrutar de sus calles, sus tapas y sus gentes. ¡Hasta la próxima!

Plaza de San Nicolás
Cuesta de la Alhacaba
























 Fuente:
 www.artehistoria.jcyl.es
www.degranada.net
wikipedia.org

La Alhambra desde el mirador de San Nicolás