jueves, 21 de junio de 2012

Su Divina Majestad

Hoy, hago un paréntesis en el tema de este blog y os dejo unas reflexiones sobre la actualidad. Quizás no sean las mejor redactadas, quizás sean ideas inconexas, pero es lo que toca:



En estos tiempos que corren, muchos españoles que no somos expertos en macroeconomía, nos comenzamos a preguntar: ¿qué hemos hecho para merecer esto?

Llevamos años estudiando, fuimos decididos y nos aventuramos a comenzar una carrera universitaria, algunas más difíciles que otras, pero hemos trabajado mucho y nuestros padres han hecho también un gran esfuerzo para que lleguemos  a donde estamos, hemos hecho lo que se supone que la sociedad espera de nosotros. Ahora resulta que yo, y mis compañeros de promoción nos graduamos en poco más de una semana, y en vez de estar llenos de satisfacción por nuestro trabajo, por poder empezar a trabajar en lo que nos hemos formado, nos sobrevuela una nube negra como el carbón. Uno de cada cuatro españoles en condiciones de trabajar en paro, el interés del bono español por encima del 7%, el rescate es inminente, lo que traerá más impuestos, salarios más bajos, los bancos no sueltan un duro...

Así que yo me pregunto: si me he esforzado tanto por hacer lo correcto, ¿por qué se me paga a mí con esta moneda? ¿Qué futuro puede haber para nuestra generación?

Yo lo único que quiero es en un futuro no muy lejano, poder tener un lugar donde vivir de manera independiente y un plato de comida que llevarme a la boca, porque eso es al fin y al cabo lo único importante, y aunque de eso en España hay de sobra, realmente no sé si lo voy a poder conseguir.

Al final, lo que no entiendo es cómo es posible que unas cuantas personas a través de los mercados puedan mandar y jugar, que es lo que parece que hacen, con el futuro de miles millones de personas en el mundo. Y todo por el dogma de los mercados, el capitalismo y su Divina Majestad el Dinero. Porque el dinero no es más que eso, es un dogma de fe que si quisiéramos podríamos desterrar. Porque no creo que esas personas que tienen el poder se hallan esforzado mucho más que el pobre agricultor que trabaja de sol a sol en el tercer mundo para darle de comer a sus hijos, y al fin y al cabo, ¿no debería ser la finalidad del capitalismo premiar al esfuerzo y al trabajo?

En definitiva, que no me queda ya más que pensar que este mundo está totalmente desquiciado, que si nos olvidamos del dichoso dogma nada tiene sentido, que nos espera un futuro muy negro y que esto se va al carajo (perdonad la expresión). 

Si nos las hemos apañado durante miles de millones de año, que se dice pronto, lo de los últimos 2500 años no puede ser la única forma de vida.

Atardecer en la carretera del Calvario, Jerez
 

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