martes, 26 de junio de 2012

Paseos Nazaríes (IV): subida a la Alhambra

Segundo día de la estancia en Granada, y es hora de ir al monumento que más visitantes recibe de toda España: la Alhambra. Pero antes hay que llegar hasta ella, cuestión para la que no tienes mucho presupuesto requerirá algo de esfuerzo, pero la verdad es que el camino te recompensa por ello con gratas sorpresas.

Fachada de la iglesia de San Antón
Comenzamos nuestro recorrido en la calle Puentezuelas, desde la que salimos a Recogidas, donde haremos la primera parada de hoy. Sobre Granada tengo que decir que una de las cosas que más me llaman la atención de ella son sus iglesias, ya que acostumbrado a las iglesias tardogóticas del Bajo Guadalquivir (aunque siempre con algún toque barroco, como no puede ser de otra manera en esta Andalucía nuestra), me resultan curiosas sus iglesias meramente renacentistas, barrocas o neoclásicas. Pues a lo que íbamos, en la esquina de Recogidas y San Antón, se levanta la iglesia de San Antón, cuyo conjunto comienza a construirse en el siglo XVII y finaliza en el siglo XVIII, formado por un convento y una iglesia. Fue fundada por los Franciscanos Terciarios en el año 1534, en el lugar donde se encontraba una ermita. Tras la exclaustración de 1835, el convento pasó a las monjas Capuchinas que lo recibieron como compensación al derribo del convento que tenían en la plaza de la Romanilla. Las portadas de la iglesia son obra de Luis de Arévalo y la cúpula, de Alfonso Castillo. La Iglesia del siglo XVII con planta de cruz latina, bóveda de lunatos y cúpula churrigueresca. En el Altar Mayor se encuentra una imagen del Crucificado de Pablo de Rojas, Santa y San Francisco de Asís de Pedro de Mena. En el año 2007 finalizó la limpieza de la fachada pudiéndose descubrir un gran mural que ocupa gran parte de la fachada, y que junto a varios elementos arquitectónicos, cuenta con tres imágenes situadas en el centro de la fachada y que pueden corresponderse con las imágenes del altar mayor.

Monumento a Isabel la Católica y a Cristóbal Colón
Continuamos calle arriba por Reyes Católicos, en cuya mitad se encuentra la plaza de Isabel la Católica, justo al inicio de la Gran Vía de Colón, y son precisamente estos dos personajes los que ocupan la magnífica escultura que preside la plaza. Se trata de una escultura de Mariano Belliure y Gil de 1892, de gran realismo, que fuera concebida en conmemoración del IV Centenario del Descubrimiento de América, y representa como ya se ha dicho a Isabel la Católica y a Cristóbal Colón en las Capitulaciones de Santa Fe, cuando la reina autoriza al navegante a buscar la ruta occidental de las Indias, circunnavegando el globo, y que accidentalmente resultó en el hallazgo de un nuevo continente. A modo de curiosidad, deciros que está escultura se instaló inicialmente en el paseo del salón, que veíamos en el anterior capítulo de la serie, y si queréis saber más, ya que no quiero extenderme en demasía, pasaros por este blog de arte: Las Tres Granadas. Deciros que a mí me gustó especialmente este monumento, pero tengo que decir que el edificio que hay tras él, moderno y que tendrá cierto valor arquitectónico, rompe completamente el encanto que para mí podría tener el lugar, y que ensombrece a esta gran obra.
Cuesta de los Gomérez

Y por fin llegamos a la plaza Nueva, que ya veíamos en la segunda entrada de la serie (recordad la Chancillería y la Iglesia de Santa Ana), desde donde iniciaremos nuestro ascenso a la Alhambra, tomando la Cuesta de Gomérez. Al final de esta cuesta, y junto a un bonito palacete que bien merecería una restauración, llegamos por fin a la Puerta de las Granadas, actualmente la entrada principal al recinto de la Alhambra. Se trata de una construcción a modo de arco triunfal romano que mandó construir Carlos V, seguramente al arquitecto Pedro Machuca en 1536, sobre los restos de otra puerta islámica, al convertirse esta en la entrada principal del recinto en detrimento de la Puerta de las Armas, que por la zona de la alcazaba daba acceso desde el Albaicín. Su nombre, que hasta el siglo XVIII fue el de puerta de los Gomérez, deriva de las tres granadas abiertas que decoran su frontón, en cuyo tímpano destaca un escudo imperial con figuras de la Paz y de la Abundancia sujetando su coronación y, bajo él, un arco semicircular, soportado por columnas toscanas, flanqueado de otros dos más pequeños, todos labrados en piedra con aparejo almohadillado.

Puerta de las Granadas
Tras cruzar la a puerta, descubrí una de las grandes sorpresas que me deparaba la ciudad palaciega nazarí, y es que el camino se dividía en tres, los de los lados con más pendiente que el central, y que se introducían en un denso y alto bosque de caducifolio, que a penas dejaba pasar la luz y en el que el sonido de los pájaros se une al del agua corriendo por las acequias, una a cada lado. Sin duda un lugar cargado de romanticismo y un verdadero pulmón verde en medio de la ciudad.

Acequia en la subida a la Alhambra
Cruz devocional

























Seguimos subiendo por entre la arboleda y dejamos junto al camino de la izquierda una Cruz devocional de mármol de 1641. Al poco de camino, a nuestra derecha (en el paseo central), vislumbramos a nuestra izquierda un gran arco de herradura, que se trata ni más ni menos de la Puerta de Bidarrambla. Una puerta antigua y preciosa, del siglo XI, que aunque ahora mismo no lleva a ninguna parte, antiguamente comunicaba la ciudad amurallada de Granada con el río Darro (de ahí su nombre, del árabe "Puerta del Río"), siendo derruida a finales del XIX y reconstruida en este lugar en 1935, como ya se comentó en el capítulo III de esta serie. Os dejo otro enlace a un blog, para que podáis ver si os interesa algo más de su historia: Por las calles de Granada.

Puerta de Bidarrambla, en el bosque de la Alhambra
Bosque de la Alhambra (camino central)
Monumento a Ganivet
Por el mismo camino, pero a la derecha nos encontramos con el monumento a Ganivet:
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Ángel Ganivet García (Granada, 13 de diciembre de 1865 - Riga, Letonia, 29 de noviembre de 1898), escritor y diplomático español.

Se le considera, por su incertidumbre vital y por su angustia espiritual, precursor simbólico de la Generación del 98, proyectando su lucha interior en su visión de España en su obra Idearium español, donde interpreta a España como Virgen dolorosa rodeada de la cultura positivista y escéptica del siglo XIX.

Fuente: Wikipedia
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Cuando llevas ya un rato por estos bosques, de repente llegas a la sencilla fuente del Pimiento, y con ella los edificios casi si esperártelo y sin comprender muy bien dónde estás. Entonces te fijas en los nombres: Hotel Washinton Irving, Carmen Bella Vista... Vuelves la vista atrás buscando ese mundo tan maravilloso de frescor y sombras, cuando ves imponente y grandiosa, sobre los árboles está la Puerta de los Siete Suelos.

Fuente del Pimiento
Puerta de los Siete Suelos
Como curiosidad deciros que la Puerta de los Siete Suelos fue volada parcialmente, al igual que el resto de esta zona de la muralla de la Alhambra, por las tropas napoléonicas en su retirada de la fortaleza en 1812, siendo reconstruida a partir de antiguos grabados a mediados del pasado siglo.

Por fin llegamos al Paseo del Generalife, y con él a las taquillas. Tras esperar una cola en la que estaba empezando a dudar de mi nacionalidad, ¡noticia! ¡no quedan entradas para la zona noble! (véase Patio de los Leones, Patio de Comares...). Así que nada, habrá que conformarse con el resto: palacio y jardines del Generalife, la ciudad de la Alhambra, la Alcazaba, los baños... ¿Y eso es conformarse? Que suerte tienen los granadinos, y que suerte tengo yo de tener una excusa para volver a visitarla.

Así que nada, espero que os haya gustado esta actualización y os emplazo para el próximo día, en el que recorreremos el Generalife. ¡Adiós!





Vistas de la Alhambra y del Albaicín desde el Generalife

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